Osorio: "Me voy con muchos sueños por cumplir"
Camila Osorio, la gran esperanza de Colombia en estos Juegos Olímpicos, se despide de Paris 2024 con un llanto profundo, pero con la cabeza muy alta.
Tras una ardua batalla, Osorio cayó contra la norteamericana Danielle Collins en dos horas y 12 minutos de partido. El marcador, 6-0, 4-6 y 6-3, apartó a la ganadora del bronce en los Juegos Olímpicos de la Juventud Buenos Aires 2018 de la carrera por el podio en la arcilla parisina.
La grada se mantuvo llena de seguidores que, bajo el sol, animaron a sus jugadoras sin descanso. “Camila, Camila”, se alternaba con “Colombia, Colombia!” para la sudamericana. Del otro lado, ovación para la ganadora de Miami y Charleston.
El arranque lento de la colombiana le hizo pagar un alto precio contra la número 8 del mundo. “Entrar jugando rápido, intentar no dar esa ventaja. No importa como empieza el partido sino como acaba”. Al contundente 6-0 del primer set de Collins, la jugadora de 22 años respondió igualando el partido en la segunda manga.
“Ella jugó muy bien, yo empecé lenta y cometí muchos errores en los primeros tiros. En el segundo set tuve más paciencia y lo cerré cuando tuve la oportunidad. En el tercero, cuando yo me iba arriba en el game, ella jugaba excelente”.
El final del partido fue tan emotivo como su desarrollo, un abrazo entre dos guerreras y el público en pie ilustraron el respeto de las rivales y la admiración de la grada por la lucha de las atletas.
A la cucuteña le pesa no haber podido dar más: “Acá se compite por un pueblo, por mi familia que me apoyaron para estar acá, y por todos los colombianos”, pero también se queda con lo conseguido. Haber derrotado a Jelena Ostapenko y Dayana Yastremska. “Me da confianza porque he jugado bien. Hoy perdí, pero gané dos partidos, contra una top 10 y una top 30”.
La colombiana cierra un nuevo capítulo olímpico en su carrera deseando que no sea el último: “Me voy con muchos sueños por cumplir. Tengo ese deseo de ganar una medalla olímpica”.
Con 22 años y Los Ángeles 2028 en el horizonte, el objetivo de Osorio no parece una utopía.